Mi destino habitual para un montículo de almejas al vapor es encima de un tazón de pasta. Linguini con salsa de almejas blancas tiene un atractivo tan fuerte y con ajo que tiendo a olvidar que hay otras formas igualmente tentadoras de comer almejas.
Uno de los ejemplos más fáciles y rápidos es cocinar almejas al vapor como mejillones, y servirlas, junto con sus jugos fragantes, en tazones grandes por sí solas. Al igual que los mejillones, las almejas se adaptarán a los condimentos que te apetezcan. Y ahora mismo, después de un invierno interminable aquí en la Costa Este, estoy desesperado por la primavera. Así que agregué hierbas verdes fuertes y acre, estragón con aroma a regaliz y cebollino de oniony, junto con jugo de limón agrio y ralladura de ralladura a la tríada habitual de ajo, copos de chile y aceite de oliva.
Pero, a diferencia de los mejillones al vapor, cuando se cocinan almejas al vapor, no se agrega ningún líquido a la olla. Cuando se abren, las almejas liberan suficiente líquido por sí solas para hacer una abundancia de salsa.
A medida que se abren las almejas, recogerlas y ponerlas en tazones para servir. Deseche los obstinados que permanezcan apretados después de aproximadamente 10 minutos. Esa es una señal de que ya estaban muertos cuando los agregaste a la olla, y posiblemente estropeados. Comerlos no es un riesgo que valga la pena correr.