¿Por qué necesitamos la confesión? ¿O a un sacerdote para oír pecados?

Pregunta

¿Por qué deberíamos ir a confesarnos? ¿Por qué confesamos nuestros pecados a un sacerdote? ¿No lo sabe Dios ya? – Appleton

Respuesta

El sacramento de la reconciliación contiene tres elementos: confesión, penitencia y reconciliación. A través del sacerdote, que actúa in persona Christi (en la persona de Cristo), somos puestos en contacto íntimo con Jesús, donde somos liberados de los pecados que perturban nuestros corazones y mentes. Aunque duro, damos el paso de reconocer nuestras debilidades y fallas. Este es el primer paso para alejarnos del pecado y volvernos a Dios el Padre que nos ama y desea que cada uno de nosotros esté en comunión íntima con él.

Entonces, ¿por qué no podemos confesar nuestros pecados en privado a Dios? Al responder a esta pregunta, look a Jesucristo. En el Evangelio de Juan (20:21-22), Jesús exhorta a los discípulos a seguir su ejemplo y delega el poder a los apóstoles para perdonar pecados en su nombre. Jesús no puede estar físicamente presente para nosotros, pero está presente en su cuerpo, la iglesia, y en la autoridad que concedió a sus sacerdotes sacramentalmente para hacer lo que él pidió y lo que hizo.

Es importante tener en cuenta que no confesamos nuestros pecados directamente al sacerdote, sino a Dios a través de un sacerdote, designado como sustituto de Cristo. Esta es una distinción importante.

La penitencia proporciona una oportunidad para reparar los defectos y para satisfacer esos pecados y patrones de pecado en los que habitualmente caemos. El sacerdote proporciona aliento espiritual, así como una manera para que nosotros reparemos y satisfagamos a aquellos a quienes hayamos ofendido en forma de penitencia. La penitencia puede consistir en «oración, ofrenda, obras de misericordia, servicio al prójimo, abnegación voluntaria, sacrificios y, sobre todo, la aceptación paciente de la cruz que debemos llevar» (Catecismo de la Iglesia Católica, 1460).

Dejamos el sacramento con un renovado sentido de integridad e intimidad con Dios, habiendo experimentado una verdadera conversión de corazones. Una sensación de alivio y paz sigue.

Cuando esta liberación se produce a través del sacramento de la Reconciliación, estamos mejor dispuestos a anunciar el Evangelio con palabras y hechos. No tengas miedo de ir al Sacramento de la Reconciliación / Es Jesús quien te espera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.