Fumar afecta a todo el cuerpo, lo que aumenta el riesgo de muchas enfermedades que ponen en peligro la vida, incluidos el cáncer de pulmón, el enfisema y las enfermedades cardíacas. Sin embargo, lo que algunos podrían no darse cuenta es el fuerte efecto que tiene fumar en el sistema digestivo.
Fumar aumenta las probabilidades de desarrollar muchos tipos de cáncer del sistema digestivo, incluidos la boca, el esófago, el estómago y el páncreas. Las investigaciones también han sugerido que fumar puede contribuir a los cánceres de hígado, colon y recto.
Además, fumar puede ser un factor en el desarrollo o la progresión de muchos trastornos comunes del sistema digestivo, como la acidez estomacal y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). Cuando fuma, puede hacer que el esfínter esofágico inferior se debilite. Este músculo entre el esófago y el estómago impide que el contenido del estómago, como los ácidos destinados a descomponer los alimentos, vuelva al esófago. Cuando el esfínter esofágico inferior se debilita, el contenido del estómago puede refluirse hacia el esófago, causando acidez estomacal y posiblemente dañando el revestimiento del esófago.
Otro efecto dañino que puede tener fumar en el sistema digestivo es que aumenta el riesgo de desarrollar úlceras pépticas. Las úlceras pépticas son llagas en el revestimiento interno del estómago o el duodeno, más comúnmente causadas por una infección resultante del desarrollo de la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori). Los estudios sugieren que fumar aumenta el riesgo de H. infección por pylori, ralentiza la curación de las úlceras pépticas y aumenta la probabilidad de que las úlceras pépticas reaparezcan
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