Julio 21, 2021 / por: Gregg Hunter /
Publicado en: Génesis 49
Si supieras que vas a morir pronto, ¿cuáles serían tus últimas palabras?
Jacob ha hablado la mayor parte de lo que quiere decir, y hablará una vez más antes de respirar su último aliento en el pasaje de la Escritura de hoy.
Por favor lea Génesis 49: 28-33.
En los Capítulos 48 y 49, Jacob se está preparando para su muerte. Sabe que está a punto de morir, por lo que se asegura de decirle a José exactamente dónde enterrarlo para que su cuerpo pueda descansar con sus antepasados. Pero antes de entrar en la logística del entierro, bendice a cada niño con «la bendición adecuada para él.»
Las últimas palabras que las Escrituras registran de Jacob se refieren a su parcela de entierro, pero los últimos pensamientos que tuvo fueron de cada uno de sus hijos. A medida que su cuerpo se deslizaba, y se preparaba para respirar su último aliento, se aseguró de bendecir a cada hijo (¡y a dos nietos!), con una bendición adecuada para ellos. Eso significa que pasó sus últimos días pensando en el carácter de sus hijos, lo que significaban para él, las experiencias que ha tenido con ellos y en qué clase de hombres podrían convertirse. Esos fueron sus pensamientos finales antes de morir.
He escuchado a muchas personas compartir historias similares: nadie está acostado en su lecho de muerte pensando en las posibilidades que tenían de ganar más dinero, tener más éxito o hacerse más famoso. Las personas en su lecho de muerte reflexionan sobre sus relaciones: los momentos que pasaron con sus hijos; preguntándose en qué tipo de personas se convertirán sus nietos; el amor que compartieron con su cónyuge, los viajes que hicieron juntos como familia, la alegría que compartieron con su familia de la iglesia y estar con Jesús por toda la eternidad.
Si sabemos que estamos a punto de morir, no nos preocupamos tanto por las cosas que este mundo dice que son importantes. Cuando empezamos a pensar en la muerte, nos damos cuenta de las cosas que son verdaderamente importantes: los amigos, la familia y la fe.
Desafortunadamente, si estamos a punto de morir, eso significa que no tenemos mucho tiempo para concentrarnos en estas cosas verdaderamente importantes. ¿Por qué no volver a priorizar tu vida ahora?
Cuelga esa llamada y juega con tus hijos.
Apague el televisor para hablar con su cónyuge.
Haga un viaje con la familia,o tenga una estancia que siempre recordará.
Pase algún tiempo en la Palabra de Dios, en oración y escuchando el consejo piadoso.
Preséntese temprano en la iglesia para orar, servir o adorar al Señor.
Los amigos, la familia y la fe no son solo las cosas más importantes para nosotros cuando morimos, ¡deberían ser las cosas más importantes para nosotros mientras vivimos!