Respuesta:
La idea de dar un diezmo (10% de sus ingresos) proviene del Antiguo Testamento. Los cristianos no están bajo ese pacto.
Lo que el Nuevo Testamento enseña es que debemos dar una porción de nuestra prosperidad. «El primer día de la semana, cada uno de vosotros ponga a un lado algo, acumulando según prospere, para que cuando yo venga no haya colectas» (I Corintios 16:2). Esa no es una parte de nuestros ingresos brutos. Dios está buscando personas para dar porque quieren dar, la cantidad real no es fija. «Porque si primero hay voluntad, se acepta según lo que uno tiene, y no según lo que no tiene» (II Corintios 8:12).
Entiendo que su esposo no es cristiano, por lo que sugeriría que usted dé una parte de lo que gana a través de trabajos secundarios. Le animo a que también dé una parte de los ingresos de su familia. Lo que gana su marido no debe ser visto como su dinero. Más bien, lo que ambos ganan es el ingreso de la familia. Habla con él y dile que deseas darle una porción al Señor, pero también quieres su voluntad. Luego averigüe una cantidad que está dispuesto a aceptar. Si no es por otra razón, señale los beneficios que recibe de la iglesia y hágale saber que le gustaría devolver algo en lugar de simplemente tomar. Es probable que la mayoría de los no cristianos no estén dispuestos a desprenderse de una porción significativa de los ingresos, pero probablemente estarán dispuestos a que se les dé algo. Lo que se decida estará bien.