Probablemente haya escuchado que si espera hasta tener sed para tomar una bebida, es demasiado tarde – ya está deshidratado. Bueno, la misma idea se aplica a las zapatillas de tenis. Si su tracción está comprometida, o después de jugar siente más dolor en sus tobillos, rodillas o espalda baja de lo habitual, es probable que sus patadas ya hayan pasado su fecha de caducidad.
No hay una ciencia exacta para determinar la vida útil de tus zapatillas de tenis. A diferencia de un automóvil que necesita un cambio de aceite, los zapatos no obedecen a los cuentakilómetros. Y los diferentes modelos tienen diferentes tiempos de vida. Los zapatos ligeros a veces no son tan cómodos o acolchados y tienden a desgastarse más rápidamente, mientras que los zapatos más pesados, estables y acolchados a menudo son más resistentes y proporcionan un uso más prolongado.
Pero también hay otras consideraciones. Los jugadores más grandes se desgastarán más rápidamente, y la frecuencia y el estilo de juego, así como la superficie de la cancha en la que juegas con más frecuencia, también juegan un papel importante. Publicidad Por ejemplo, un jugador de base serio que golpea las canchas duras varios días a la semana obviamente causará más daño a sus zapatos que un jugador de cancha de arcilla de dobles informal.
En resumen, la frecuencia o agresividad con la que juegas puede determinar si necesitas un par nuevo cada pocos meses o con tan poca frecuencia como una vez al año.
Si sus zapatos ya no chillan en una cancha dura; si ya no te proporcionan la tracción a la que te has acostumbrado, o sientes más dolor en el pie y el tobillo de lo habitual después de jugar, todos esos son signos reveladores de que tus zapatos han tenido mejores días.